Más de 3.000 policías apoyados por militares han sido desplegados en Ciudad Juárez, la localidad más violenta de México, para garantizar la seguridad del juego el martes entre la selección mexicana de fútbol y su similar de Venezuela.
La seguridad ha sido reforzada en los alrededores del estadio Benito Juárez y al hotel Camino Real, en donde se concentra la selección venezolana. El partido fue anunciado en agosto por la Federación Mexicana de Fútbol como una demostración "de que la sociedad está por encima de la delincuencia", aseguró un efectivo policial.
En Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, se han registrado más de 2.000 homicidios este año y en julio se verificó el estallido de un coche bomba, como resultado de enfrentamientos atribuidos por el gobierno a bandas del narcotráfico.
"Tenemos a unos 3.000 uniformados entre policías locales y federales, a los que se suma el personal militar", dijo un responsable del operativo policial.
El técnico de la vinotinto César Farías, dijo que las medidas de seguridad no han incomodado a sus dirigidos, que se movilizan por la ciudad en una caravana respaldada por 10 vehículos policiales y una ambulancia.
"Hay mucha seguridad pero para nosotros ha sido un ambiente de total normalidad y calma, es una bonita ciudad", indicó Farías.
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